Comienza la aventura...

Bueno, ya he llegado, vivo aunque no muy sano, ha sido un viaje movidito.

Cork me ha recibido con nubes, frío y lluvia. La gente conduce raro, al autobús se entra por el sitio contrario, y los enchufes tienen tres clavijas en vez de dos. Muy raros estos irlandeses. Pero también muy amables, no he encontrado ningún problema, ni cuando les he pedido ayuda, ni tampoco cuando les he pedido que me hablasen un poco más despacio, creo que me va a gustar esto.

La ciudad es preciosa, o por lo menos la pequeña parte que he visto. Todo es verde, hace algo de fresco, el sol y la lluvia se alternan como si tuvieran un semáforo cediéndoles el paso primero a uno y luego al otro. Pero la lluvia no cala mucho, aunque llueve fuerte. En fin, habrá que acostumbrarse a vivir un invierno almeriense en el verano irlandés.

Me siento bastante extraño, hasta el mismo momento en que facturé la maleta, no me di cuenta de lo que estaba a punto de hacer, y cuando me di cuenta apareció un pequeño ataque de pánico. Sentí unas ganas tremendas de salir corriendo, volver a casa y meterme debajo de una manta. Pero bueno, creo que en mi situación es normal, además…solo duró hasta llegar a Londres. En Standset ya me tranquilicé un poco, aunque el aterrizaje me acojonó un poco y hasta me agarré muy fuerte al asiento y se me pusieron de corbata. Es lo que tiene llevar de piloto a una chica joven haciendo su primer aterrizaje real y con turbulencias… Shake it! Shake it!

Me comí mi bocata de salchichón y a apalancarme por algún rincón, como todo el que se quedaba por allí, que no fuimos pocos.

Una vez facturado el equipaje para Cork, me invadió una sensación totalmente contraria a la de Almería, ya no había miedo, solo ganas de llegar y una sonrisa de oreja a oreja…lo estaba haciendo…lo he hecho. Ahora solo me falta empezar a buscar trabajito, y a ver si hay suerte.

Gracias a los que me habéis dado vuestro apoyo…seguiremos en contacto!!!