De nacionalismos, fiestas sin alcohol y como destrozar una noche cojonuda.

Hay algo a lo que no termino de acostumbrarme en este país; las fiestas. No es que sean excesivamente distintas a las de otros sitios, no es siquiera que sean más caras, es que tienen que ser planeadas. Me explico. Por mi parte al menos, las fiestas que más me gustan son las que empiezan yendo de tapas, o a tomar unas cervezas “de tranqui” (que dulce peligro entrañan esas palabras, ¿Qué no?), sin pretensiones reales o premeditadas de pegarse un fiestón. Bien, pues algo aparentemente tan sencillo como esto, aquí es imposible, a no ser que seas previsor y tengas en tu casa un alijo de droga, alcohol, etc para mínimo 20 personas. Pero eso ya sería premeditar la fiesta.
Sales a las 19:00 de tu casa, y empiezas a beber cerveza en casa de unos amigos, te acabas tus 3 cervezas (y alguna otra abandonada vilmente en el frigorífico por algún desconsiderado) y marchas a los pubs. La noche es normal; los precios de la cerveza te hacen mucho más lento bebiendo, y obviamente te privan de litros de alcohol que normalmente ingerirías en circunstancias normales. Por tanto, a las 2 de la mañana, cuando encienden las luces y apagan la música, tu estás en tu apogeo máximo, y con el pico a una temperatura cercana a la que pueda tener mas de una loba suelta por el local. Y aquí es cuando empieza el problema. En un desesperado intento de aliviar el calor, robas una cerveza que ves casi llena, perplejo al darte cuenta de la cantidad de ese líquido del color y el precio del oro que está desaprovechado por todo el bar, y procedes a salir con ella bien escondida bajo la chaqueta. Pero esto solo dura media hora, y te ves otra vez en la calle, rodeado de gente, todos sin bebida, y lo que es peor, sin ninguna posibilidad de conseguirla a dichas horas de la noche. Es una sensación muy jodida, de verdad. Estos irlandeses no tienen corazón, los políticos que pusieron la ley que prohibía vender alcohol más tarde de las 24:00, y que prohíben a los pubs abrir más tarde de las 2, deberían ser torturados con las peores técnicas que se conozcan.
Bueno, tras estar en la puerta del pub una hora y media, quedamos 6. En ese momento ya estamos los justos para ir a bebernos 6 latas de cerveza que tengo en mi frigorífico, así que parece que la noche se va a salvar. Pero no, tras mi frustración en cuanto a la bebida, una cerveza sabe a muy poco, entra sola y sin enterarte. Pero ahí no acaba la cosa, aún queda tiempo para terminar de joder la noche; una de las chicas a las que generosamente he invitado a alargar la noche en mi agradable compañía y con una cerveza (medio litro!!!), resulta ser una catalana nacionalista. Laporta lleva tatuado ¡¡Viva España!! En el pecho comparado con esta mujer. La noche continúo con una acalorada discusión entre 2 malagueños, 1 almeriense, 1 madrileña, 1 catalán y la susodicha gilipollas. Hasta el chaval catalán, aunque nacionalista (que no independista), tenía que reírse de las gilipolleces que decía la niña.
Bien…una noche perdida, 6 latas de cerveza desperdiciadas en 2 horas de discusión, teniendo que escuchar paridas que son imposibles de escuchar con un grado de embriaguez menor al coma etílico y sin ningún tipo de posibilidad de alcanzar dicho grado. La próxima vez tendré más cuidado de a quién invito a una cerveza.